En días pasados, se hizo entrega por parte de un devoto de Nuestra Señora de los Dolores y su familia, de la totalidad de los zafiros que se engarzaran y formarán parte de la corona de Coronación Canónica. Se trata de 44 piedras de zafiro de distintas medidas que serán engarzadas por el orfebre Manuel Valera en el canasto, la ráfaga y los imperiales que compondrán la corona.
En la antigüedad se creía que los reflejos del zafiro le daban al cielo sus colores. El zafiro ha sido mencionado en las sagradas escrituras en diferentes citas, como en Éxodo (24: 10): «el trono de Dios está cuajado de zafiros azules de pureza celestial.» María es Templo, Trono y primer Sagrario de Dios.
Los zafiros son piedras enlazadas al apocalipsis, la antigua tradición sostenía que las tablas en las que estaban escritos los Diez Mandamientos eran en realidad zafiros. También es la piedra de los nacidos en septiembre, el mes de la Virgen de los Dolores. El zafiro representa la pureza del alma, y simboliza la integridad, la lealtad y la nobleza. Además, en la antigüedad se decía que el zafiro protegía a los seres queridos del daño.
El zafiro se considera una piedra real de verdad espiritual. Nada se produce en lo externo que no se haya producido antes en lo íntimo. Por ello, los zafiros que formarán parte de la corona de Coronación Canónica de la Imagen de Nuestra Señora de los Dolores tienen un significado y un simbolismo, pues su elección no ha sido producto de la casualidad.
Una vez más, la Sierva, Madre y Reina de los Dolores pone en nuestro camino a personas bienhechoras, que con estas donaciones no hacen sino engrandecer el nombre y exaltar la grandeza de la Madre de Dios.
Muchísimas gracias a la familia donante por tan extraordinario exvoto que es testimonio de gratitud a la Virgen por los innumerables favores concedidos.