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Formación2018-12-03T19:36:29+00:00

Con motivo de la Coronación Canónica de

Nuestra Señora de los Dolores

Mi felicitación a la Junta de Gobierno y a todos los hermanos y hermanas por el gran acontecimiento que se avecina. Las nubes se han despejado y se otea ya en el horizonte el gran día. Nuestra querida Hermandad de Los Dolores, después de la ilusionante, y para muchos larga, espera se encuentra ahora en el trajín de preparar con alegría la coronación canónica de su bendita Imagen de la Virgen, Nuestra Señora de Los Dolores.

Como Director Espiritual, es mi deber llamar la atención sobre peligro de centrarse solo en la materialidad de los actos y eventos, que, siendo importantes, necesitan ser acompañados por un programa de de formación cristiana y una renovación espiritual de los hermanos. Este acontecimiento debería llevarnos a profundizar más en nuestra fe cristiana y en el seguimiento del Señor Jesús y su Evangelio. De ello es modelo y ejemplo la Virgen a quien veneramos precisamente por ser la primera creyente. El lema de la coronación ya nos lo anuncia: Sierva, Madre y Reina. Ella es Madre y Reina, porque primero abrió su corazón a la voluntad de Dios y dijo sí a sus planes, dijo que era la Sierva del Señor. Sin esta formación cristiana y sin renovación espiritual, alguien podría afirmar que las celebraciones carecen de alma.

La “Normativa Diocesana de Hermandades y Cofradías” se hace eco de la necesidad de formación como requisito previo a la formación de una hermandad o cofradía (Normativa General 1.2.2, Art. 3. págs 17ss). Afirma que “cada asociación de fieles laicos debe ser un lugar en el que se anuncia y se propone la fe y en el que se educa para practicarla en todo su contenido”. Esta educación y práctica se concreta en:

*La comunión con la Iglesia, con el Papa y el Obispo de la Iglesia particular.

*La formación de la conciencia cristiana, de manera que puedan los hermanos impregnar del espíritu evangélico el ambiente donde desarrollan su actividad.

*El compromiso con la sociedad humana y un esfuerzo por crear unas condiciones más justas y fraternas en la sociedad.

La preparación material y la formativa y espiritual deben, pues, ir parejas y en equilibrio. No se trata de una tarea fácil, pero solo en los retos complicados y difíciles tanto el hombre como las organizaciones se ponen a prueba. Y así, a la alegría de haber conseguido el sueño de la coronación, podremos añadir el no menor de haber quedado nosotros más y mejores seguidores del Señor Jesús y su Evangelio. En definitiva de esto se trata. María es nuestro ejemplo a imitar.

Pues que ella, en esta bendita advocación de Los Dolores, nos lleve de la mano en la tarea.

Por mi parte, renuevo mi disposición de servicio en lo que me sea posible en cuanto director espiritual. Y repito mi agradecimiento por las muestras de cercanía, comprensión y cariño que recibo continuamente de vosotros.

Que el Señor os bendiga.

José Palomas Agout. Director Espiritual.

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